18 mayo 2011

Cielo abierto.

En los últimos tiempos Argentina ha revestido en pequeña medida sus problemas con los basurales al cielo abierto, solo en Buenos Aires hay 208 basurales que contienen desechos tóxicos… “Gracias a las denuncias de la organización tierralerta en 1994 y el persistente reclamo de Greenpeace y otras organizaciones sociales, la industria química ha tomado cartas en el asunto para la solución de contaminación provocados por basurales ilegales” dijo Verónica Odrizola, coordinadora de la campaña contra sustancias tóxicas de Greenpeace. A pesar de los reclamos actualmente el volumen de los residuos almacenados a cielo abierto equivale a toda la basura recolectada por el CEAMSE en el área metropolitana.

El diario Los Andes hizo foco en su informe en cómo viven las personas que diariamente trabajan en y de los basurales en la provincia de Mendoza. “La jornada de trabajo comenzó muy temprano en el descampado de 75 hectáreas ubicado en Puente de Hierro (Guaymallén). Allí, en el "fin del mundo" -como le dicen- se depositan 250 toneladas de residuos urbanos que llegan diariamente sólo desde Guaymallén. Desde la madrugada, más de cien familias desarman a fuerza de brazos las bolsas con residuos urbanos que dejan los camiones municipales. Este es uno de los tres principales vertederos a cielo abierto que existen en el Gran Mendoza. En total, sólo el área Metropolitana de la provincia genera cerca de 800 toneladas diarias de desperdicios y Guaymallén es el departamento que se ubica a la cabeza de la lista.

Hasta ahora, la disposición final de los residuos de ese departamento es una de las deudas pendientes del Gobierno de la provincia de Mendoza y de la comuna. Dentro del plan que la Subsecretaría de Medio Ambiente tiene en este sentido, aún queda cerrar el predio oficial y trasladarlo a Campo Espejo. Pero lo que todos se preguntan es cómo se organizarán para subsistir las familias que viven de los residuos.

El diario El Ancasti de Catamarca empezó su informe señalando que “la formación de microbasurales afecta a todos los barrios por irresponsabilidad de los propios vecinos. Pero el Estado es el primer infractor, porque quema toneladas de desperdicios a cielo abierto. Y agrega: “Catamarca está muy lejos de resolver este problema, por varias razones: en primer lugar, no existe una política seria y eficaz para atender la cuestión. En segundo lugar, predomina la idea irresponsable de limitarse a quitar la basura de la vista, y en tercer lugar, porque prevalece un desinterés preocupante entre los propios habitantes de la ciudad”.

El matutino catamarqueño citó un ejemplo en el que la Municipalidad de Catamarca conforme a la normativa vigente, sanciona con fuertes multas a los vecinos que prenden fuego a las bolsitas de residuos domiciliarios a cielo abierto. La medida, correcta, tiende a proteger el medio ambiente, ya que la quema de basura genera niveles de toxicidad totalmente nocivos para el ser humano. Lo grave es que la norma es sistemáticamente violada por la propia comuna, que en el predio de su Planta de Tratamiento de Residuos, frente al área industrial El Pantanillo, quema a diario toneladas de desechos.

Un reciente documento de la agencia ambiental del gobierno de Córdoba afirmó que en la provincia están asentados 700 basurales en zonas suburbanas y rurales, y alentó un proyecto de ley para erradicarlos. El programa Córdoba Limpia, creado tras una duro diagnóstico sobre la realidad local en materia de residuos sólidos urbanos, realizó un informe sobre las consecuencias en la salud y el ambiente que provoca la presencia de basurales, y consideró que se trata del problema "más importante a nivel local" en tema de contaminación.

La agencia cordobesa, así como sus pares de otras provincias, relacionan los basurales con la pobreza, al afirmar que son consecuencia de "la no recolección de residuos" y la "falta de fondos" para establecer "rellenos sanitarios", donde se clasifica la basura y se controla la polución que produce. Entre los riesgos se menciona la contaminación de napas, arroyos y embalses, suelo, aire con olores nauseabundos y quema de residuos, y se afirma que "son focos de incendios forestales".

El documento oficial asegura que los basurales a cielo abierto "albergan animales de consumo que se alimentan de residuos, representan focos infecciosos por proliferación de vectores de enfermedades y de residuos en condiciones sanitarias de alto riesgo."

Organizaciones no gubernamentales instaron a los municipios a erradicar este tipo de vertederos de basura y promover un sistema de "relleno" para el control de filtraciones en las napas, y promueven la separación de residuos peligrosos, siempre en terrenos preparados para albergar los desechos.

También, denunciaron un "colapso" en el sistema de depósito y tratamiento de residuos sólidos urbanos en todo el país, y advirtieron los "riesgos sanitarios" que surgirán si no se implementan alternativas.

Oscar Geisler, referente de los pobladores, explicó que el conflicto se generó cuando la gobernación lanzó el "Plan de Eliminación de Residuos Sólidos y Patológicos", e intentó llevar más de cien mil toneladas anuales de residuos a localidades de menos de mil habitantes.

Un texto de Geisler alerta que los basurales no brindan adecuado tratamiento a la basura, por lo que puede contaminar las napas subterráneas por filtraciones, además del aire, la atmósfera y efectos en la salud de vecinos.

Greenpeace fomenta la propuesta Basura Cero, entendida como un "principio de reducción progresiva de la disposición final de los residuos urbanos", con plazos y metas concretas, en sintonía con programas empleados en países de la Unión Europea.

El plan, sancionado por la Legislatura porteña en 2005, es implementado por la comuna, y prevé la separación selectiva de residuos en los hogares, recuperación y reciclado.

De cumplirse las metas, en 2010 habrá 30 por ciento menos de residuos, 50 por ciento en 2012 y 75 en 2017, sostiene un informe de Greenpeace, mientras otras organizaciones advirtieron que son necesarias medidas "urgentes" para la promoción del plan, que requiere "mucha conciencia ciudadana".

Desde hoy hay que hacer la diferencia, no solo los gobiernos provinciales y nacionales deben tomar medidas drásticas, sino también nosotros mismo como ciudadanos. Así el día de mañana nuestros hijos podrán decir ésta es mi ARGENTINA una Argentina más limpia y sana. ¿Por qué no hacer la diferencia? Si juntos podemos lograrlo.


Alarcón Nicole


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